Autora: Monica Di Vico, Responsable de Proyectos de AMKA Onlus.

Durante unos diez años, la misión de Amka en Guatemala ha sido proteger y promover el derecho fundamental de las comunidades a la alimentación, a producir alimentos – alimentos que deben ser saludables, nutritivos y culturalmente apropiados-, a los recursos para producirlos y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.

Esto significa afirmar el derecho de las comunidades a poder decidir su propio sistema de producción y alimentación. La protección de este derecho permite incentivar el desarrollo y la difusión de sistemas agrícolas sustentables, es decir, adecuados a nivel ecológico, social, económico y cultural a la realidad única de cada comunidad.

Un derecho que contiene muchos otros y que tiene en sí mismo las semillas del desarrollo y del empoderamiento comunitario.

Gracias al proyecto corredor Rioeste, Amka tiene la oportunidad de contribuir al logro de este importante objetivo, colaborando con los municipios de Zacapa y fortaleciendo sus intervenciones a favor de la población hacia el logro de la seguridad alimentaria.

Nuestro objetivo a corto plazo es incrementar la producción de árboles frutales y forestales en los viveros municipales de Estanzuela y Teculutan, ofreciendo a los Municipios capacitación y asistencia técnica, herramientas y materiales para mejorar la calidad de las estructuras, la organización y gestión de la producción.

A medio plazo, pretendemos crear un modelo municipal para el manejo de la producción de árboles frutales y forestales, basado en estructuras y equipos adecuados, habilidades técnicas especializadas, planes de producción innovadores y sostenibles.

En este proceso es importante involucrar a la ciudadanía, no solo como beneficiaria de los árboles frutales que se producirán en el vivero, sino como protagonista y autora, junto con los municipios, del camino común para lograr la seguridad alimentaria en sus comunidades.

El fortalecimiento de la producción y la promoción de la educación comunitaria son componentes esenciales e indisolubles para abordar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: acceso, disponibilidad, uso, estabilidad. La fructífera colaboración entre las instituciones locales y la ciudadanía, impulsada por la metodología de Gobierno Abierto en la base de este proyecto, es una condición fundamental para lograr estos resultados.

En menos de 12 meses, los dos viveros municipales de Estanzuela y Teculutan habrán producido plantas frutales y forestales injertadas y listas para ser sembradas en las parcelas de los beneficiarios. Las comunidades tendrán la oportunidad de disfrutar de los beneficios de un sistema agroforestal, gracias a la asociación de una diversidad de árboles, cultivos agrícolas, pastos y animales. Esto permitirá al agricultor diversificar la producción en sus parcelas, obteniendo asociativamente alimentos, madeira, leña, frutos, forrajes y otros productos agrícolas.

Las ventajas son múltiples. La diversificación agrícola mejorará la calidad del suelo y asegurará cosechas más abundantes y diversificadas durante todo el año, protegiendo a los agricultores de las fluctuaciones del mercado, el clima y las enfermedades. La dieta se volverá más saludable y equilibrada, contrarrestando la malnutrición generalizada y mejorando las condiciones de salud. La creación de nuevas plantaciones creará áreas verdes potenciando la capacidad natural de absorción y fijación del carbono atmosférico que permite la re-naturalización del territorio.

La difusión de técnicas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y que permitan la restauración de la salud del suelo y su potencial productivo, garantizará el inicio de un proceso de desarrollo en las comunidades, tanto más durable y sostenible ya que se realiza junto con los municipios en un marco de participación, colaboración y rendición de cuentas.

Proyecto Corredor Rioeste

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