Autora: Saida Jainé Orellana

Presidenta de Asociación de Mangueros en el Nororiente de Guatemala
Miembro de COCODE, Aldea El Rosario, Río Hondo Zacapa

Si algo debemos de aprender, es a reconocer al vernos en el espejo a esa mujer fuerte, valiente, capaz de lograr nuestras metas y cumplir nuestros sueños y anhelos. Sin importar los obstáculos que se nos presenten, debemos ser perseverantes y constantes, abrir brechas para las nuevas generaciones y ser agentes de cambio para dejar nuestro mundo un poco mejor de lo que lo encontramos. Al hablar del rol de la mujer en cualquier ámbito debemos pensar en que nuestro rol es aquel que nosotras queramos y debamos tomar de acuerdo a nuestros dones y aspiraciones, ya que tenemos la capacidad de hacerlo. Aunque a veces las oportunidades son las que nos limitan.

En nuestras vidas siempre habrá eventos que supongan un antes y un después. En el 2020 al mundo entero una pandemia vino a cambiarle la vida en todos los sentidos, nos dio un giro de 180° y de ese punto en adelante nada volvió ni volverá a ser como alguna vez lo conocimos. Hemos perdido personas valiosas en nuestras vidas, muchos negocios han cerrado, la economía mundial se está tambaleando, todo está cambiando. La agricultura no se ha salvado de estos cambios. Nos hemos visto obligados a adaptarnos a una nueva realidad.

Una cosa que nos ha dejado bien claro esta pandemia es que sin mejorar los sistemas y condiciones de agricultura en el mundo, nos quedamos sin alimentos El Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2021 advierte del preocupante aumento de la inseguridad alimentaria aguda en 4 países de Centroamérica y Haití, entre ellos se encuentra Guatemala. Entre los fenómenos meteorológicos que azotaron al país a finales del 2020 están el exceso de lluvia que causó inundaciones, pérdida de cosechas y ganado, cambios de cauce de ríos, daños severos a las estructuras de riego (tomas artesanales, conducción de agua, etc…), afectando la economía de pequeños, medianos y grandes agricultores, sin olvidar la reducción de ingresos a causa de las restricciones por COVID (fronteras cerradas y baja en exportaciones entre otras). Y no termina allí, ahora se le agregan las repercusiones de la pandemia a nivel mundial, el alza en el costo de los insumos en general. Un panorama incierto, donde debemos intentar seguir subsistiendo. La situación a nivel mundial suena bastante complicada, pero así es la vida, una vida de cambios y adaptación que requiere de personas fuertes, perseverantes, constantes que se atrevan a afrontar los desafíos del día a día.

Saida Orellana durante la participación en talleres de Gobierno Abierto impartidos por Corredor Rioeste

La agricultura tiene gran importancia en la economía a nivel mundial, debido a su contribución a los ingresos de exportación de los países, el empleo y los medios de subsistencia. Gran parte de la mano de obra en la agricultura es aportada por las mujeres. Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA, 2016), las mujeres representan una proporción sustancial de la fuerza de trabajo agrícola, como productoras de alimentos o trabajadoras, y aproximadamente dos tercios de la fuerza de trabajo femenina de los países en desarrollo participa en el trabajo agrícola. La información presentada por la ONUAA deja en claro que en conjunto, los países de bajos ingresos, donde la producción agrícola sigue utilizando una gran cantidad de mano de obra, también tienden a presentar los porcentajes más elevados de población económicamente activa (PEA) femenina en el sector agrícola.

En el primer artículo escrito en abril de 2021, les conté el sueño de una niña que quiso seguir los pasos de su padre. Cinco meses después de escribirlo, él dejó sus botas en esta tierra, sus huellas quedaron marcadas en cada surco de los sembradíos y ahora nos acompaña en el corazón. Un cambio más al cual debemos adaptarnos. Si de algo he estado siempre segura es que el equipo que formamos con mi hermana es y ha sido un gran regalo del cielo. Decimos que mientras estemos juntas no importa lo que pase, vamos a lograr superarlo. Como mujeres ahora a cargo de la granja familiar, nos encontramos con nuevos retos, un camino con obstáculos pero ante todo con muchas más responsabilidades.  Seguras de que somos tan capaces como cualquiera de seguir adelante. Honrando la memoria de nuestro padre día a día y siendo el orgullo de una madre que sabe que crío mujeres, fuertes, perseverantes, capaces, conscientes, con valores y amor a lo que hacen.

Saida  Orellana junto a su hermana,  durante las actividades rutinarias en su granja

 

Aquí está gran parte de la clave: está en nuestras manos ser el ejemplo y criar a esas niñas que son el futuro, que pueden ser y lograr lo que se propongan. Quizás algunos aún piensan que siendo mujeres no vamos a lograr continuar, pero rendirnos no es parte de nuestro vocabulario, no será  fácil pero si es posible. Se dice que «la agricultura  es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para toda mujer libre», y hoy con toda confianza puedo decir que cada fragmento de esta frase es una forma de representar mi trayectoria, y estoy segura que la de muchas mujeres también.

“Los desafíos venideros podrán ser grandes pero con empatía y trabajando en equipo con nuestro círculo podemos lograrlo.”

Proyecto Corredor Rioeste

Author Proyecto Corredor Rioeste

More posts by Proyecto Corredor Rioeste

Leave a Reply