Autora: Jaqueline Barillas
Según Burin (1998), la participación es un proceso social que supone un ejercicio permanente de derechos y responsabilidades, reproduciendo un modelo de sociedad donde son claves la adecuada combinación de estos derechos y responsabilidades.
Entonces la participación ciudadana es el involucramiento activo de los ciudadanos y ciudadanas en los procesos de incidencia social. Participar es sinónimo de colectivo que consta del accionar de la ciudadanía, este se aborda dentro del escenario social y político siendo un componente esencial de la democracia y una estrategia de fortalecimiento del poder local y de la construcción del desarrollo.
Las mujeres han luchado por ser incluidas en la sociedad, esto se ve reflejado en la representación femenina en espacios de alcaldías, diputaciones y otros puestos a nivel local y comunitario. Este resultado fue por la lucha incansable de los grupos de mujeres que se hicieron escuchar a pesar de las diferentes limitaciones.
El protagonismo e incidencia de las mujeres se ve reflejado en su accionar constante en las comunidades mediante las propuestas de ideas plasmadas en soluciones pertinentes a las demandas y problemáticas existentes en el contexto social.
El arma más letal que tenemos las mujeres a favor de nuestras comunidades es poner en práctica el ejercicio de nuestra ciudadanía plena. Las mujeres debemos reconocer nuestros derechos y obligaciones dentro de la sociedad y, por consiguiente, debemos participar activamente en los procesos de esta.
Las mujeres desempeñan un rol fundamental
en el desarrollo de sus comunidades.