Autores: Carlos Cruz y Melanie Argueta – Proyecto Corredor Rioeste

Dentro de las prácticas agronómicas que se llevan a cabo con las familias beneficiarias en las comunidades, en los tres municipios que se realizan las acciones de SAN, se implementan parcelas agroforestales para la producción de alimentos —que es el eje primordial del proyecto—, pero también tiene un enfoque ambiental muy importante: la conservación de suelos. En nuestro quehacer, hemos implementado tres sistemas agroforestales que contribuyen a la diversificación de cultivos, aprovechando árboles frutales y forestales para el consumo, la producción sostenible de leña y, por supuesto, el consumo de frutos que aportan favorablemente en las dietas familiares.
Medición de área de trabajo, para la implementación de parcela agroforestal, Familia Morales, Las Delicias, Río Hondo, Zacapa.

Las parcelas agroforestales son un mecanismo fundamental para la conservación de suelos, especialmente en aquellos que se caracterizan por tener una pendiente pronunciada y que se encuentran aledaños a los hogares. Como lo es el caso de la familia Morales y Barillas —en la comunidad de Tabacal, que se localiza en el municipio de Río Hondo—, quienes implementaron su parcela agroforestal con la finalidad de evitar la erosión del suelo —que es rocoso—, para incorporar materia orgánica que mejore las propiedades físicas y químicas del suelo. “Esto facilitará que sus cultivos complementarios tengan un mejor desarrollo vegetativo y para incrementar la humedad, que es tan necesaria para el adecuado crecimiento de las plantas”. Como valor añadido, en un clima seco como lo tiene el municipio de Río Hondo, la sombra que los árboles frutales y forestales brindan, contribuyen a tener mejores condiciones en el hogar.

Carambola, primeros frutos de parcelas agroforestales implementadas durante las actividades de Corredor Rioeste.

En conclusión, la implementación de parcelas agroforestales en regiones áridas y secas puede ser una solución prometedora para la conservación del suelo y la mitigación de los efectos del cambio climático. La combinación de técnicas agroforestales y de conservación del suelo puede ayudar a mantener la productividad agrícola, a la vez que se restauran los ecosistemas naturales y se protege el suelo contra la erosión y la degradación. Además, la agrafoestesia puede proporcionar una fuente sostenible de alimentos y productos forestales, así como mejorar la biodiversidad y la calidad del agua. Por lo tanto, la implementación de parcelas agroforestales debe ser considerada como una estrategia clave para abordar los desafíos ambientales y socioeconómicos en regiones áridas y secas, donde la conservación del suelo y la gestión del agua son fundamentales para la sostenibilidad, la resiliencia y la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
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